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Iglesia Perteneciente

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Dios bendiga las obras de nuestra iglesia

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Acepta a Jesucristo

Acepta a Jesucristo
¿Quisiera tener la seguridad que al morir usted iria al cielo? LA BIBLIA DICE: "Que si confesares con tu boca que Jesus es el señor Y creyeres en tu corazon que Dios Le levanto de los muertos,Seras salvo" ¿Quiere usted ir al Cielo?

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Romanos 10:13 dice: "Por que todo aquel que invocare el nombre del Señor,sera salvo" Invite a Jesus a su corazon y recibale como su salvador personal ¡Hagalo hoy mismo! Invoque de esta manera: "Señor Jesus, Yo te recibo hoy como mi unico salvador personal; Creo que eres Dios, que moristes en la cruz por mis pecados y que resucitastes al tercer dia, Me arrepiento, soy pecador, perdoname señor Gracias doy al padre por enviar al hijo a morir en mi lugar Gracias Jesus por salvar mi alma hoy En cristo jesus mi salvador Amen"

martes, 15 de julio de 2008

Dios Lo Sabe


Dios sabe

Cuando estás cansado y desanimado
por tanto esfuerzo inútil,

DIOS sabe bien cómo te has esforzado.

Cuando has llorado tanto
que se angustia tu corazón,

DIOS ha contado tus lágrimas.

Cuando nada tiene sentido y te sientes
confuso y frustrado,

DIOS te tiene la respuesta.

Si sientes que tu vida está “en espera” y que el tiempo se te ha pasado por alto,

DIOS te espera.

Si de repente el panorama se ve mejor y encuentras señales de esperanza,

DIOS te ha susurrado.

Cuando todo va bien y tienes mucho
porque ser agradecido,

DIOS te ha bendecido.

Cuando suceda algo gozoso

que te llena de asombro,

DIOS te ha sonreído.

Acuérdate que dondequiera que estés, sea lo que sea que sientes,

¡DIOS lo sabe!

Yo soy la luz, él que me sigue no andará en tinieblas”.

miércoles, 9 de julio de 2008

Purificador de Plata



Purificador de Plata

Había un grupo de mujeres reunidas en su estudio bíblico semanal, y mientras leían el libro de Malaquías encontraron un versículo que dice:

«Y Él se sentará como

fundidor y purificador

de plata». Malaquías 3:3

Les intrigó en gran manera lo que podría significar aquella afirmación con respecto al carácter y la naturaleza de Dios. Una de ellas ofreció investigar el proceso de la purificación de la plata.


Esa semana la dama llamó a un orfebre y arregló una cita para ver su trabajo. No le mencionó detalles acerca de la verdadera razón de su visita, simplemente le contó que tenía curiosidad y quería saber cómo se purifica la plata.


Mientras observaba al orfebre sostener una pieza de plata sobre el fuego dejándolo calentar intensamente, él le explicó que para refinar la plata debía sostenerla en medio del fuego, donde las llamas arden con más fuerza, y así sacar las impurezas.


En ese momento ella imaginó a Dios sosteniéndonos en un lugar así de caliente. Entonces recordó una vez más el versículo:

«Y Él se sentará

como fundidor

y purificador

de plata».

Le preguntó al platero si era cierto que debía permanecer sentado frente al fuego durante todo el tiempo que la plata era refinada.


El orfebre respondió: «SÍ». No sólo debo estar aquí sentado sosteniendo la plata, también debo mantener mis ojos fijamente en ella durante el tiempo que está en el fuego. Si la plata quedara en el fuego un instante más de lo necesario, sería destruida.


Después de un momento de silencio, la mujer preguntó.

—¿Cómo sabe cuando está completamente refinada?

Sonrió y le respondió:

—Ah... es muy fácil:

Cuando puedo ver mi imagen reflejada en ella.


Si hoy sientes el calor del fuego,

Recuerda que Dios tiene sus ojos

Puestos en ti.


Continuará observándote hasta que vea

Su imagen reflejada en ti.


Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta,

como en un espejo la gloria del Señor,

somos transformados de gloria en gloria,

en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

2 Corintios 3:18

Bordados de la Vida



Bordados de la vida

Cuando yo era niño, mi madre trabajaba mucho cosiendo. Yo me sentaba en el suelo, miraba y preguntaba qué es lo que estaba haciendo. Ella me contestaba que estaba bordando.

Todos los días yo hacía la misma pregunta y ella me contestaba lo mismo. Observaba su trabajo de una posición abajo de donde ella se encontraba sentada, y repetía: “Mamá, que es lo que estás haciendo?”

Le decía que, desde donde yo la miraba, lo que estaba haciendo me parecía muy extraño y confuso. Era un amontonado de nudos y hilos de diferentes colores, largos, cortos, unos gruesos y otros finos... Yo no entendía nada.

Ella sonreía, miraba hacia mí y de manera amable me decía: “Hijo, sal un poco a jugar, y en cuanto termine mi trabajo yo te llamaré y te cogeré en mis brazos y dejaré que veas el trabajo desde mí posición.

Pero yo seguía preguntándome desde abajo donde estaba: ¿Por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y otros claros? ¿Por qué me parecían tan desordenados y enmarañados? ¿Por qué estaban tan llenos de nudos y puntos? ¿Por qué había tantos nudos y hilos enredados entre si? ¿Por qué no tenían aún una forma definida? ¿Por qué tardaba tanto para hacerlo?

Un día, cuando yo estaba afuera jugando, ella me llamó. “Hijo, ven aquí, que te coja en mis brazos”.

Me cogió y me sorprendí al ver el bordado. “¡No me lo podía creer! ¡Desde abajo me parecía tan confuso! Pero, desde arriba, he podido ver un paisaje maravilloso.”
Entonces ella me dijo:

- “Hijo, desde abajo mi bordado te parecía confuso y desordenado porque tu no veías que en la parte de arriba había un bello diseño...

...Pero, ahora, mirando el bordado desde mí posición, tu ya puedes ver qué es lo que yo he estado haciendo”.

Muchas veces, a lo largo de los años,
he mirado hacia al cielo y he dicho:
“Padre, ¿qué es lo que estás haciendo?”
El parece responder:
“Estoy bordando tú vida, hijo”.

Y yo sigo preguntando: “Pero lo veo todo tan confuso... Padre, todo está desordenado. Hay muchos nudos, situaciones difíciles que no terminan y cosas buenas que pasan rápido. Los hilos son tan oscuros...
¿Por qué no son más brillantes?”

El Padre parece decir: “Hijo mío, ocúpate de tú trabajo, relájate... confía en mí. Yo haré mí trabajo. Un día, te llevaré a ti en mis brazos, y entonces irás a ver el plan de tu vida desde mí posición”.

A veces no entendemos qué está ocurriendo en nuestras vidas. Las cosas son confusas, no encajan y parece que nada nos sale bien.

Es que estamos mirando el reverso de la vida.
Del otro lado, Dios está bordando…

¡Qué Dios haga de tú vida un “bordado” precioso!